Que los niños sepan que sus padres van a responder a sus dudas, les ofrece seguridad y les ayuda a comprender y a adaptarse a la nueva realidad familiar.

Por esto, es aconsejable responder a todas las dudas e interrogantes que les surjan desde la serenidad y adecuando el lenguaje a su edad. En estos mensajes deberíamos evitar todo tipo de crítica al otro progenitor e insistir en la idea de que, aunque ya no sean pareja, le van a seguir queriendo.

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